viernes, 9 de marzo de 2012

Mi primera vez


Transcurría mi día con normalidad. Había tenido un día exhaustivo, primero clase de posgrado, luego Teoría Pedagógica. Me dirigía a comer y esperaba llegar pronto. Mis acompañantes no pensaron que hubiera pasado algo, yo igual. No pasaron por mi cabeza posibles secuelas y el dolor no era insoportable… hasta que lo fue. Sentí el frío del hielo que me coloqué esperando reducir la inflamación hasta que se durmió la zona. El día siguiente transcurrió con poco movimiento y hielo cada hora. Pero mi pie no cedió y tuve mi primera vez.

Mi primera vez siendo inmovilizada por el yeso. No puedo relatar el dolor que sentí cuando acomodaron mi pie para que se formara correctamente la férula. No lo había sentido, ni lo quiero volver a sentir. Me molesta no ser autosuficiente, de ver que todo se mueve alrededor y uno sólo puede seguir con la vista. Las muletas ayudarán a moverme yo sola, pero ¡cuesta una infinidad de trabajo!

Di un mal paso y me puse un ‘estate quieta’, quizá lo necesitaba, un poco de descanso y consentimiento. A divertirme estando en reposo.