Definitivamente encontrarse con un texto puede
cambiar la perspectiva de las cosas. Faltaba una hora para entrar con JMM y
traía conmigo Crónica de la Intervención
de Juan García Ponce. El capítulo que seguía, en mi detenida y lenta lectura,
tenía un título sugerente: Posibilidades. Nadie me advirtió, ni siquiera el
autor, qué era lo que encontraría en esas páginas. (El estilo de GP no permite
advertir de qué tratará el capítulo siguiente, ni mucho menos quién era el
personaje principal que hablará o será hablado). Con una precisión de pronto
matizada y alejada de la realidad, vino la identificación.
El analista reproduciendo la grabación del análisis
de María Inés. Reproducción del habla de una mujer que se hace a partir de los
demás, según su propia descripción. Un habla que se lee para nada titubeante y
sin embargo, que se va dispersando en los entresurcos de su discurso. Me
explico: un discurso continuo, según la lectura, con dos o tres pausas pero sin
una linealidad temática. Una vuelta a sí misma en tiempos diferenciados y desde
otros(as) personas con las que se relacionó, aquéllos que configuraron
distintas mujeres –niña, hija, novia, amante, esposa–. Con cuestionamientos que
ella misma se responde y ante las pocas intervenciones del analista, el habla
dicho inicialmente y escuchado por segunda vez continúa. Pero había una
libertad disfrutable: la sexual. Espacio en que se dejaba ser por los otros.
Aceptar que era ninfómana y en ello se hacía a sí misma.
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